Un solo segundo de distracción al volante puede marcar una diferencia crucial: no solo en la vida de una persona atropellada, sino también en la responsabilidad penal del conductor.
¿Sabías que no todas las imprudencias al volante se tratan igual ante la ley?
En España, el Código Penal distingue entre imprudencia grave y menos grave, y esta clasificación puede determinar si un accidente se juzga con todo el peso del derecho penal o con penas más leves.
En este artículo te explicamos, de forma clara y con ejemplos reales, cuándo un atropello se considera menos grave y cuándo puede derivar en un delito de mayor gravedad, con consecuencias mucho más serias.
Cuando ocurre un atropello en un paso de peatones, uno de los primeros elementos que se analizan en el ámbito jurídico es si la conducta del conductor debe calificarse como una imprudencia grave o menos grave. Esta distinción no es menor: puede marcar la diferencia entre una condena penal más severa y una menos gravosa, o incluso entre la vía penal y la civil.
¿Qué dice la ley?
Según el Código Penal español, el artículo 142 regula el homicidio por imprudencia y el 152 las lesiones.
En ambos casos, la ley diferencia entre imprudencia grave y menos grave, siendo esta última introducida como categoría intermedia tras la reforma de 2015 y reforzada con la Ley Orgánica 11/2022, que aclaró que muchos atropellos deben ser perseguidos penalmente incluso si la imprudencia no es máxima.
Imprudencia menos grave: lo más común en atropellos
En la mayoría de los casos de atropello en paso de cebra, la conducta se califica como imprudencia menos grave. ¿Por qué? Porque suele tratarse de infracciones importantes de las normas de tráfico (como no respetar la prioridad de paso), pero sin llegar al grado de temeridad o desatención extrema. La clave es que se haya infringido una norma relevante, pero sin un desprecio absoluto por el deber de cuidado.
Ejemplo:
Un conductor que no se detiene completamente en un paso de cebra señalizado y atropella a un peatón que está cruzando correctamente, sin que haya circunstancias agravantes como velocidad excesiva o consumo de alcohol, incurriría en imprudencia menos grave.
¿Cuándo se considera grave?
La imprudencia grave implica una omisión intolerable del deber de cuidado. Se da cuando el conductor incurre en una conducta especialmente temeraria o desatendida, creando un riesgo evidente y evitable.
Factores que agravan la imprudencia:
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Conducción bajo efectos del alcohol o drogas.
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Velocidad claramente excesiva.
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No realizar ninguna maniobra de frenado o evasión.
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No prestar atención al entorno, especialmente en zonas sensibles como pasos de peatones.
Ejemplo:
En una sentencia del Tribunal Supremo (STS 420/2023), se condenó por imprudencia grave a un conductor que, embriagado y a gran velocidad, atropelló mortalmente a un peatón en un paso de cebra sin intentar siquiera frenar o esquivar. En este caso, el riesgo era máximo y la falta de diligencia, evidente.
Diferencias clave: grave vs. menos grave
| Criterio | Imprudencia Grave | Imprudencia Menos Grave |
|---|---|---|
| Nivel de desatención | Alto (temeraria o negligencia extrema) | Medio (infracción relevante pero no extrema) |
| Reproche penal | Elevado (delito más severo) | Menor (delito con penas más leves) |
| Consecuencias jurídicas | Art. 142.1 / 152.1 CP | Art. 142.2 / 152.2 CP |
| Ejemplos típicos | Conducir ebrio, no frenar, velocidad alta | No respetar paso de peatones |
Conclusión
No todos los atropellos en pasos de cebra son iguales. La línea entre imprudencia grave y menos grave se basa en la intensidad de la infracción del deber de cuidado, el contexto del hecho, y la conducta concreta del conductor. Comprender estas diferencias no solo es clave para los profesionales del derecho, sino también para los ciudadanos, ya que de ello depende, muchas veces, la imputación penal o la vía de resolución del caso.
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